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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Entre Leonel y Danilo: Lo Nuevo y lo Distinto Como Excepción.

Por: Roberto Fulcar
Mucha gente pensó que un gobierno de Danilo Medina no se prestaría a servir de manto de impunidad para encubrir la corrupción que, cual marca indeleble, caracterizó las gestiones de su antecesor Leonel Fernández.

Aunque del mismo partido, se esperaba que el presidente de origen campesino marcara visible distancia con los protagonistas de tres períodos de endeudamiento irresponsable, desbordamiento clientelar de la nómina gubernamental, enriquecimiento al vapor, destrozo de las finanzas públicas, y sometimiento de todos los poderes al dominio de sus intereses.

Pero no,  ocurre por el contrario que no pocos de ellos ocupan posiciones claves del gabinete de Medina, mientras otros se pavonean orondos en irritante derroche de opulencia e impunidad, burlándose de los reclamos de justicia de la sociedad.

En lugar de retirar el blindaje político a los corruptos y actuar para que tanto dinero estafado al pueblo dominicano le fuese devuelto al erario público, el presidente Danilo Medina estampó con una frase mágica la orden que, cual sonido estruendoso, ensordeció a la República: No tirar piedras hacia atrás.

Parece que en los cálculos del presidente y su equipo, el brincado de charquitos y las “visitas sorpresa”, bastante planificadas y ya muy rutinarias, les resultan de más liviana carga que resarcir a la Nación de los daños infligidos por sus compañeros de partido.

Con qué fuerza moral puede Danilo Medina inspirar a corregir lo que está mal, como prometió en campaña, si le resuelve el mundo a los corruptos que tanto mal han hecho, con un borrón y cuenta nueva al estilo No tirar piedras hacia atrás?.

Al mantener las súper nóminas y nominillas parasitarias y clientelares succionando el erario público, está dejando dicho el presidente que, en sus concepciones, eso es parte de lo que está bien y, por eso hay que continuarlo, como prometió?.

Jamás estuvo en la mente del ayer candidato incluir el desmonte de la impunidad entre lo que nunca se ha hecho, y por eso, resulta un camino inabordable para el hoy presidente y su equipo de gobierno?.

Basta con un inventario simple de los nombres y apellidos en las cabezas de los ministerios, direcciones generales y representación en el exterior, para enterarse de que lo nuevo es pírricamente minoritario, y lo distinto no pasa de excepción.

Para mas botones de la muestra, revísese lo ocurrido en el Congreso Norge Botello del PLD, cuando las fuerzas de Leonel Fernández, cual jorobado cargando pesado, se quejaban de la acción que contra sus candidatos al Comité Central ejercían las fuerzas del poder; como replicando la querella pública por abuso que levantó Danilo Medina en las primarias moradas del 2008, cuando al conocer los resultados de su competencia con el entonces presidente Fernández, exclamó: “El Estado me venció”.

No ha sido frenado el endeudamiento externo, sino que ha aumentado; y la nómina pública, en lugar de reducirse ha crecido. La inseguridad ciudadana está más presente que una reina nacional, la salud es un desastre y casi nadie discute ya que el sistema de seguridad social muere de viejo antes de terminar el ciclo de su desarrollo.

No hay preso ni un sólo desfalcador, no ha sido desenmarañada la mafia del negocio eléctrico, el derroche en publicidad y compra de bocinas no amaina, el leonelismo sigue sentado en primera fila y, el definitiva, al presidente Medina sólo parecen importar los números de su aceptación en un contexto sin oposición ni interna ni externa.

Así las cosas, si al gobierno de Danilo Medina usted le quita la expresión llana y trato sencillo del presidente, su exposición pública y su práctica de involucramiento directo con pequeños problemas y baratas necesidades comunitarias y sectoriales, así como el manejo sin estridencias de unos cuantos de sus funcionarios; si restamos esos componentes, que son de estilo e imagen, qué es lo que realmente queda, qué tan distantes estamos del régimen de Leonel?.

Realmente supera la excepción, trasciende las formas, lo nuevo y lo distinto entre Leonel y Danilo?. Es claro que no!.

Santo Domingo, diciembre de 2014.-




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