Compartir cada día la construcción de ideas, sueños, esperanzas; y también la lucha con las dudas, los desvelos y las angustias; dibujando a cada instante, colectivamente, los trazos del porvenir. De eso se trata...!

miércoles, 22 de abril de 2009

Posturas Firmes

"Dios me libre de ser imparcial frente a tantas cosas serias
que reclaman militancias!". Fulcar (2006)

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PRD: Frente al último vuelo del pasado?________________________________


En la política como en la vida, el pasado, con toda su carga de tradiciones y nostalgias, nos persigue insistentemente, recordándonos que en un tiempo fue el presente y tentándonos a posibilitarle nuevos retornos, para pavonearse ante la dialéctica exhibiendo sus asomos recurrentes.

Esta iniciativa del pasado, reiterativa como el alba o el ocaso y testaruda como toro, se aferra a nuestro pensamiento y nos dibuja falsas lógicas, haciéndonos creer que, por los siglos de los siglos, todo debe seguir siendo tal y como fue ayer, que podemos evitar que un día se vaya aquello que resultaba cómodo a nuestro interés o ensalzaba nuestro ego. ¡Nada es tan liviano a la psiquis que el fardo de recuerdos de contextos más favorables!

Juventud, amores y poder son tres ejemplos vanguardistas de las marcas del recuerdo, donde el pasado pasta a sus anchas. La juventud de otrora, a la que se aferra la gente con histérica nostalgia; los grandes amores, problemáticos tesoros hechos redes que nos atan la razón, y el poder, platillo de insaciables tras el que jadean en adicciones los mortales, en posturas de combate y exterminio frente a quien ose desplazarlos.

No puede gestionarse bien el cambio sin comprender esa resistencia del pasado, que no morirá sin dar batallas sucesivas hasta el aliento último; ni puede impulsarse sin aquilatar el peso de las tradiciones, que se abrazan como hiedra a la mente y la conciencia de las personas y las organizaciones, de las sociedades de ayer y de hoy.

El Partido Revolucionario Dominicano no es la excepción, por eso es tan común escuchar a compañeros afirmar que tal o cual cosa ha de hacerse de tal modo porque siempre se ha hecho así; para no pocos hasta las rutas de las caravanas deben mantenerse invariables a como se diseñaban en los recorridos de hace veinte años aunque las carreteras hayan cambiado. Tampoco se puede adecuar electoralmente el partido, por la imposibilidad de militar sin un comité de base en un viejo folder debajo del brazo, o llevar una reunión a su término sin que cada uno haya hablado sobre cada tema tratado y, además en una cosa a la que llaman punto libre.

Esta realidad debe estar presente en la conducción del cambio, afán en el cual la lógica simplista no podrá nunca vencer la resistencia del pasado; es más, los métodos que desprecian la inteligencia emocional no hacen más que incentivarlo, porque en los errores del presente encuentra el pasado zapatas para reedificarse, motivos para justificarse, escenarios para recrearse.

Cuando la hora del cambio se aproxima, haciéndose evidente, mostrándose mas necesaria, cuando sus caminos empiezan a avistarse despejados, es cuando sus portadores han de obrar con mas certeza, porque es cuando suelen volverse mas virulentas las batallas de la resistencia, al sentirse amenazado el presente moribundo.

En el PRD maduran las condiciones para generar un cambio importante que modifique el posicionamiento de la marca/partido en la sociedad. Frente a esa oportunidad ha de actuarse a la vez con infranqueable firmeza en la defensa y el impulso del cambio contra viento y marea, y también con inconmovible prudencia y madurez, de modo que pueda reducirse al mínimo el campo libre para recreo de la resistencia.

En esas circunstancias, no es hora de tender cercas sino de romper fronteras, no es tiempo para volver la vista, sino para alzar la testa, sin hacer del horizonte amenazas; es momento de liberar y no de cortar alas; no es propicio ahondar abismos cuando debemos tender puentes. Claro que esta flexibilidad no debe jamás vulnerar la soberanía de la voluntad popular ni tergiversar fundamentos básicos de la democracia.

Ojalá estemos viendo pasar el último vuelo del pasado en el perredeismo (el de los tumultos y las crisis, las irracionalidades y estridencias), no como renuncia a la identidad e historia del partido para dibujar un nuevo PRD, sino como proyección, desde mas promisorias perspectivas, del PRD que necesitamos para los nuevos tiempos, en una construcción de creativas rutas de victoria que se espera abordemos todos y todas, si no por convicción, al menos por resignación, pero volando unidos.