Compartir cada día la construcción de ideas, sueños, esperanzas; y también la lucha con las dudas, los desvelos y las angustias; dibujando a cada instante, colectivamente, los trazos del porvenir. De eso se trata...!

lunes, 26 de mayo de 2014

Mamá

25 de mayo del 2014.-

Mi madre fue una esbelta mulata de frágiles ojos canelos que no se cansaban de mirarme, y de sonrisa dulce que nada lograba interrumpir.

Sus manos laboriosas que nunca se agotaban, parecían flotar mientras, sobre mi cabeza, paseaban una y otra vez derrochando ternura.

De optimismo a prueba de tribulaciones, creaba salidas, siempre viendo luz; ella fue oasis mágico que endulzaba mi existencia toda.

No dolían sus castigos, eran dulces sus reproches; y hasta al más humilde de todos los bocados, su magia convertía en manjar de dioses.

Con su muy singular sabiduría, no albergaba odios, jamás ofendió; repartía todo cuanto poseía, y ponía los agravios en manos de Dios.

Hasta que su corazón, el pobre, cayó dormido una noche cualquiera, a las 10: 15; tal vez agotado de tanto  amar, ¡que era amorosa en derroche la morena!.


Nada se iguala a ese inmenso ser al que yo nunca olvido, que nunca olvidaré  y, cual grande riqueza, en alforja de oro, por toda la vida, conmigo llevaré!

martes, 6 de mayo de 2014

La pervivencia de mayo, cumpliendo un peldaño más!

05 de mayo de 2014.-

Tal vez porque mayo  es el mes de las flores, muchos creerán que es color de rosa la vida de los que, como yo, vinimos a la vida un día de mayo; pero no, porque aún cuando, incluso, reconozco de mayo el tiempo de las aguas consideradas curativas por nuestros campesinos, o el tiempo premiado por las cosechas de mangos, tradicionales mangos en La Rancha como exquisitos mangos banilejos, no significa que, en todo caso, tenga mayo poderes para exorcizar salados pasajes de la vida.

Mayo viene con todo, con las flores y sus espinas, con los mangos y las plagas, con dulces añoranzas y faltas irreparables; porque es mayo, como todo lo demás, claro y gris, ligero y pesado, cargado y liviano, dulce y amargo, distante y cercano, como el recuerdo, como el presente, como la vida.

Eso si, con todo y todo, mayo es mayo, y ningún otro mes atesora la grandeza de haberme regalado una caminata, zapatos al hombro, camino a la escuela, junto a mi cohorte, por las leves corrientes temporeras de aguas creadas  por la lluvia torrencial, batidas, sin reparo en riesgos, por mis pies descalzos en un derroche de libertad a la que ya no tengo acceso.

Nadie lavó jamás tan tiernamente los mangos que, chocados por las gotas de mayo, poblaban todo el suelo de amarillo, para gula mía y de mis primos, enamorados los tres de la misma presea, sin reparar en que abundaban por cientos y de distinta clase.

Así era allá, en mi terruño de La Rancha, cuando la llegada de mayo era, junto a Semana Santa y Navidad, los tres acontecimientos más significativos para todos los míos, viejos y muchachos, mujeres y hombres.

Mayo era también de duro batallar en la alimentación y el cuidado de los animales, bajo nublados, relámpagos y truenos, pero no importaba, había mangos, y también había que bañarse en la primera agua de mayo, como cura duradera de todo lo porvenir.


Hoy, no he visto un mango, no ha llovido, no he ido al campo; pero en mi alforja memorial, pervive mayo; al cumplir otro año, que es un peldaño mas, nada más!