Compartir cada día la construcción de ideas, sueños, esperanzas; y también la lucha con las dudas, los desvelos y las angustias; dibujando a cada instante, colectivamente, los trazos del porvenir. De eso se trata...!

sábado, 20 de agosto de 2011

El Convite Banilejo o la Fuerza de una Identidad

Por: Roberto Fulcar, EdD





Probablemente uno de los pueblos de la República Dominicana cuya gente vive más aferrada a sus raíces es el banilejo (o el de Baní, como prefieren ser referidos), una marca sólida de tradición, de cultura, de orgullo y, si no de todos los valores que otrora abrazaba, por lo menos de sentimientos poderosamente entretejidos que le dan el perfil de familia grande y unidad.

La celebración del Convite Banilejo, que el domingo 17 de julio, al abrazo de un fuerte calor, colmó el parque Stony Brook, enclavado en el corazón de Jamaica Plain, Boston, sirvió para confirmar la fuerza de esa identidad llamada Baní, donde varias generaciones se congregaron todo un día como para renovar votos de pertenencia a las tradiciones y costumbres de la patria chica de Máximo Gómez.

Comida banileja (liderada por una diversidad de arepas dispensadas por Angelita Rodríguez y un grupo de damas, un frío-frío guayado a lo tradicional bajo la administración de los esposos Narciso Contreras y Rosanna Luna, dulce de pan de las manos cariñosas de Doña Irma Dumé; pastelitos, conconetes, bombones, habichuelas con dulce y, como asunto de principio, los mangos banilejos, dispensados por los esposos Cuchí y Mayra Bello, todo negociado en un diálogo coloquial con el “vale” jalaíto y cercano para decir siempre que sí.




En aquel parque parecían existir imanes dispersos alrededor de los cuales se reunían grupos de íntimos y canchanchanes, gente de un mismo barrio (como el 30 de Mayo, que marcó su propio territorio con letrero y todo) líneas familiares (como los Peguero, los Arias, los González, los Rodríguez; los Pimentel, los Chalas, los Soto, los Montero, los Blandino, los Báez, los Zapata, los Melo, los Franjul, los Díaz, los Guerrero, los San Quintín, los Dumé, los Brea, entre otras tantas familias reconocidas) o los sectores de identidad como reconocidos maestros retirados, ex deportistas, comunicadores y políticos.

Con excelente organización por parte de un sudoroso Comité Organizador dependiente de la organización Banilejos Unidos en el Exterior, encabezado por mi apreciada amiga Jacqueline Peguero e integrado por otros entusiastas hombres y mujeres, como Saul Montero (Asesor), Luis Franjul (Pelúa); Altagracia Morrobel, Ivette González, Jhonny Peguero, Migdalia Montero, Berquis Blandino, junto a un amplio grupo de colaboradores y voluntarios, en la cuarta versión del Convite Banilejo el parque siempre estaba lleno y, sin embargo, siempre cabían más.


Viviéndolo, entendí que esa era la idea, estar cercanos en las añoranzas, respirar juntos los recuerdos, presentar a las nuevas generaciones, comer, beber, divertirse en grande y un poco trasportarse todos a su terruño amado aunque fuese “sin papeles”; pues ese día, legales o ilegales, todos estábamos en Baní.


Desde exposiciones de libros y galería de fotos del histórico Baton Ballet de Baní, hasta exhibiciones de instrumentos antiguos como anafes y pilones de moler café, pasando por juegos tradicionales de nuestro folklore, como El Aro, La Caraqueña, Roba la gallina y diversas atracciones artísticas, dibujaron un digno retrato del Baní de ayer y el de hoy.


Lo que vivimos fue una portentosa manifestación social y cultural, calculada por las autoridades en más de once mil personas, que eran no sólo los de Boston, a los que era común verlos llegar sillas al hombro y bebés en coche, ni los de Nueva Inglaterra en general, sino también autoridades y visitantes del municipio de Baní y la provincia Peravia, así como banilejos procedentes de New York, Indianápolis, Miami, New Jersey, Carolina, Washington, Filadelfia y distantes estados de la unión americana.


Junto a mi esposa Chana y los compañeros Favio Montes de Oca, Santa Rosado, Alfredo Arias y esposa, Nicolás Madé, Manuel Tejeda, Hanoi Reyes, entre otros, compartimos a gusto los abrazos de tantos viejos amigos y amigas, compañeros de sueños y luchas, hasta romperse nuestras expectativas, en unas horas intensivas disfrutando un convite sin igual.






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