“El fuego ha sido encendido, y corre a paso firme pueblo
adentro, con amor y determinación; al lomo de claros propósitos, tan colectivos
que ya nadie podrá detenerlo!” @RobertoFulcar
En un
acto sencillo, sin estridencias, la Convergencia por un Mejor País ha
presentado hoy sus primeras credenciales.
Sin
ser un lanzamiento, que habrá de venir más adelante, mostró su cara de
optimismo y compromiso, sus músculos adolescentes asentados sobre los genes del
1844, de la Restauración, de abril o de las miles de pequeñas batallas ciudadanas,
muchas veces invisibilizadas por el control mediático de las peores fuerzas, y
también de las peores plumas y bocinas, sirviendo a los peores intereses.
Discursos
cortos de largo alcance, actuaciones en actos breves pero abrazantes, aplausos
y abrazos que compitieron por el protagonismo de una jornada en la que
prevaleció como ampliamente mayoritaria la lógica de lo colectivo, fueron
abriendo paso, en rieles de tabla y canto, al compromiso con lo trascendente.
Lo de
hoy, seis de julio, en el hotel Dominican Fiesta, de Santo Domingo, fue un acto
de Nación, para reforestar la esperanza de que lo colectivo, lo humano, lo
ético, lo decente es posible hasta en este pobre país que se comen por pedazos
un grupo de sujetos, cual pastel adictivo del que han jurado no despegar sus
hocicos.
Como
he dicho decenas de veces en tantos escenarios de los que hemos tenido que compartir
con mis compañeros y compañeras del PRD Mayoritario, no se trata del conteo
aritmético de sumas de pedazos, sino del parto abundante que espero devendrá
del vientre fecundo de la unidad seria, sincera, no utilitaria sino
compromisaria de lo mejor de la patria.
En
esa lógica se fundamenta nuestra afirmación, desde finales del 2012, de que “no
es verdad que se haya perdido irremediablemente el 2016” , como tantas veces
escuché afirmar. Lo que se perdió fue la afrenta del 2012. Todo lo porvenir
dependerá determinantemente no de cuántos somos, sino de lo que armemos.
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