Una
larga carretera sin prisa, un abrazo al insondable mar, un tiempo con su
iglesia, el ascenso a una montaña, una enriquecedora lectura, una mirada a la
naturaleza, un inventario a nuestros monumentos, echarse a la música relajante,
un deporte al gusto o una simple mecedora antigua; con la familia, con los
amigos, con la conciencia; en franco diálogo con Dios, sin agredir la
naturaleza, sin arriesgar la vida, sin estridencias religiosas y sin excesos,
pueden ser un buen plan al gusto para el sano disfrute en la Semana Mayor!
Roberto Fulcar.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario