Por: Roberto
Fulcar
Mucha
gente pensó que un gobierno de Danilo Medina no se prestaría a servir de manto
de impunidad para encubrir la corrupción que, cual marca indeleble, caracterizó
las gestiones de su antecesor Leonel Fernández.
Aunque del mismo partido, se esperaba que el
presidente de origen campesino marcara visible distancia con los protagonistas
de tres períodos de endeudamiento irresponsable, desbordamiento
clientelar de la nómina gubernamental, enriquecimiento al vapor, destrozo de
las finanzas públicas, y sometimiento de todos los poderes al dominio de sus
intereses.
Pero no, ocurre por el contrario que no pocos de ellos ocupan posiciones claves
del gabinete de Medina, mientras otros se pavonean orondos en irritante derroche
de opulencia e impunidad, burlándose de los reclamos de justicia de la sociedad.
En lugar de retirar el blindaje político a los
corruptos y actuar para que tanto dinero estafado al pueblo dominicano le fuese
devuelto al erario público, el presidente Danilo Medina estampó con una frase
mágica la orden que, cual sonido estruendoso, ensordeció a la República: No tirar piedras hacia atrás.
Parece que en los cálculos del presidente y su
equipo, el brincado de charquitos y las “visitas sorpresa”, bastante
planificadas y ya muy rutinarias, les resultan de más liviana carga que
resarcir a la Nación de los daños infligidos por sus compañeros de partido.
Con qué fuerza moral puede Danilo Medina inspirar
a corregir lo que está mal, como
prometió en campaña, si le resuelve el mundo a los corruptos que tanto mal han
hecho, con un borrón y cuenta nueva al estilo No tirar piedras hacia atrás?.
Al mantener las súper nóminas y nominillas
parasitarias y clientelares succionando el erario público, está dejando dicho
el presidente que, en sus concepciones, eso es parte de lo que está bien y, por eso hay que continuarlo, como prometió?.
Jamás estuvo en la mente del ayer candidato
incluir el desmonte de la impunidad entre lo
que nunca se ha hecho, y por eso, resulta un camino inabordable para el hoy
presidente y su equipo de gobierno?.
Basta con un inventario simple de los nombres y apellidos
en las cabezas de los ministerios, direcciones generales y representación en el
exterior, para enterarse de que lo nuevo es pírricamente minoritario, y lo
distinto no pasa de excepción.
Para mas botones de la muestra, revísese lo
ocurrido en el Congreso Norge Botello del PLD, cuando las fuerzas de Leonel
Fernández, cual jorobado cargando pesado, se quejaban de la acción que contra
sus candidatos al Comité Central ejercían las fuerzas del poder; como
replicando la querella pública por abuso que levantó Danilo Medina en las
primarias moradas del 2008, cuando al conocer los resultados de su competencia
con el entonces presidente Fernández, exclamó: “El Estado me
venció”.
No ha sido frenado el endeudamiento externo, sino
que ha aumentado; y la nómina pública, en lugar de reducirse ha crecido. La
inseguridad ciudadana está más presente que una reina nacional, la salud es un
desastre y casi nadie discute ya que el sistema de seguridad social muere de
viejo antes de terminar el ciclo de su desarrollo.
No hay preso ni un sólo desfalcador, no ha sido
desenmarañada la mafia del negocio eléctrico, el derroche en publicidad y
compra de bocinas no amaina, el leonelismo sigue sentado en primera fila y, el
definitiva, al presidente Medina sólo parecen importar los números de su
aceptación en un contexto sin oposición ni interna ni externa.
Así las cosas, si al gobierno de Danilo Medina usted
le quita la expresión llana y trato sencillo del presidente, su exposición
pública y su práctica de involucramiento directo con pequeños problemas y
baratas necesidades comunitarias y sectoriales, así como el manejo sin estridencias
de unos cuantos de sus funcionarios; si restamos esos componentes, que son de
estilo e imagen, qué es lo que realmente queda, qué tan distantes estamos del
régimen de Leonel?.
Realmente supera la excepción, trasciende las
formas, lo nuevo y lo distinto entre Leonel y Danilo?. Es claro que no!.
Santo
Domingo, diciembre de 2014.-